Al igual que las empresas, organizaciones e instituciones, las personas deben conocer hacia dónde van para establecer en qué dirección deben encaminar sus pasos. En ese sentido, es necesario que se planteen cuál es su visión, misión, valores personales, objetivos y metas, y cómo se construyen.
Para entenderlo resulta útil partir de las definiciones que se abordan en la planeación estratégica de las organizaciones, para posteriormente, trasladar estos elementos a la esfera personal.
Es posible inferir que la misión o “razón de ser” es un punto de coincidencia entre las personas físicas (individuos) y las personas morales (empresas, instituciones u organizaciones). Así, al contar con una misión, no solo para las empresas u organizaciones, sino también para las personas, se refleja con precisión quiénes son, cuáles son sus características particulares y que los hace diferente de otros.
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El primer paso para construir una misión personal es que el individuo se reconozca, que identifique los aspectos que lo definen y caracterizan, por ejemplo: cuáles son sus orígenes familiares, cómo fue su infancia, quién es actualmente, qué es lo que más le gusta, cuáles son sus prioridades, qué fortalezas y debilidades posee; es decir, que pueda realizar un diagnóstico personal.
El segundo paso es analizar los aspectos identificados y redactar un enunciado, o serie de enunciados, en el que se reflejen claramente su razón de ser, a partir de ello determinará su misión. Cabe aclarar que la misión no es la suma de todas las respuestas a las preguntas planteadas, sino la integración de un propósito que refleje las características de la persona.
Ejemplos de misión personal:
“Ejercer mi profesión de contador con profesionalismo y ética, dentro del gobierno federal, para ayudar con mi labor al buen desempeño de las finanzas gubernamentales en aras del desarrollo de mi país”.
“Formar a mis hijos dentro de una familia sólida con altos valores espirituales, para que sean personas responsables, educadas y felices, capaces de insertarse adecuadamente en la sociedad, ejerciendo un trabajo honesto y bien remunerado”.
“Obtener altas utilidades con la comercialización de baterías de cocina de alta tecnología y calidad, satisfaciendo las necesidades de las amas de casa, facilitando su labor en la cocina, asesorándolas con la mayor ética y profesionalismo”.
“Proteger la flora y la fauna de la Tierra respetando el medio ambiente y utilizando responsablemente los recursos naturales, evitando el uso de productos tóxicos y de lenta degradación, así como el fomento esta ideología en las personas que están a mi alrededor”.
Te has preguntado cuál es tu misión personal.
En la misión se reflejan los intereses y valores de las personas; por ello, cuando te plantees una misión personal, ten en cuenta que eres miembro de una sociedad y que existe un contexto inmediato en el que te desenvuelves, como tu comunidad y tu país.
Considerando los principios de la administración y de la planeación estratégica, una vez que se ha elaborado la misión, es importante desarrollar una visión que refleje una proyección, preferentemente a largo plazo, de los aspectos señalados en ella. Para abordar los elementos esenciales de la visión, debes analizar las definiciones organizacionales para identificar sus características y trasladarlas a la esfera personal.
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Visión
En el contexto de la administración, de acuerdo con Münch y García (2009), el término visión expresa las aspiraciones futuras y fundamentales de cualquier tipo de empresa, institución u organización, es decir, refleja su proyección a futuro.
Por ello, la visión puede entenderse como el conjunto de ideas de lo que una empresa, institución u organización pretende ser en el futuro, y dichas ideas constituyen una guía que permite establecer su actuar en todo momento.
Valores personales
De acuerdo con Castañeda (2001), los valores son cosas, creencias o actitudes a los que se les da un valor especial, y que guían el actuar en la vida de los individuos, puesto que, generalmente, lo que se hace, se dice y se piensa tiene fundamento en los valores personales.
Algunos ejemplos de valores universales son responsabilidad, tolerancia, respeto, compromiso, generosidad, solidaridad, justicia, lealtad, entre otros. Sin embargo, cuando se trata del plan de vida y carrera también se pueden considerar valores como la disciplina, la voluntad, la templanza, la perseverancia y el compromiso, en tanto que permiten asegurar el cumplimiento o consecución de metas y objetivos.
Como habrás observado, los elementos abordados no te son ajenos ya que de una u otra manera han estado integrados en tu vida.
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