En la unidad anterior, se describió la relación existente entre participación ciudadana y administración pública. Si bien existe ahora relación entre ambos conceptos, es necesario ubicar el concepto de participación ciudadana de manera aislada y concreta.
En ese sentido Serrano (2015) define participación ciudadana de la siguiente manera:
“…la participación ciudadana es la intervención organizada de ciudadanos individuales o de organizaciones sociales y civiles en los asuntos públicos, que se lleva a cabo en espacios y condiciones definidas, esto es, en interfaces socioestatales y que permiten el desarrollo de una capacidad relativa de decisión en materia de políticas públicas, control de la gestión gubernamental y/o evaluación de las políticas públicas a través de diversas formas de controlaría ciudadana.
Tomada de: https://www.flickr.com/photos/empodera/37475625814/
Por lo anterior descrito, la participación ciudadana requiere de condiciones para poder ser ejercida ya que no solo basta con la buena voluntad de participar en el ámbito deseado, sino que se debe definir el contexto en el que la participación deberá existir.
Condiciones para la participación ciudadana
Al existir las condiciones antes descritas, se puede afirmar que la participación tendrá bien definido su objetivo dependiendo el ámbito en donde sea ejercida. Para conocer las condiciones de forma detalla, Serrano (2010) hace referencia:
1. La violación de las garantías individuales por parte de las autoridades fue una práctica regular en los sistemas políticos autoritarios. Todas aquellas personas que se oponían al régimen o que manifestaban su inconformidad en contra de las decisiones políticas tomadas por los dirigentes, sufrían maltrato físico, invasión a su propiedad, torturas psicológicas, o simplemente se les asesinaba. Por eso, para que la ciudadanía pueda tener injerencia sobre el Estado, el gobierno debe de respetar las garantías individuales, como son: la libertad, la seguridad, la igualdad y la propiedad. Pues si esta condición no se cumple y las autoridades violan los derechos fundamentales del ser humano, es muy probable que la sociedad se abstenga de interferir en los asuntos públicos por miedo a sufrir represalias o persecución. |
2. Las autoridades necesitan crear canales institucionales y leyes que regulen la participación ciudadana. Porque un marco jurídico obliga a los integrantes de los órganos de gobierno a incluir a la sociedad en las diversas acciones que realizan, pero de nada sirve una legislación si no existen las instituciones que posibiliten la aplicación de esta ley. |
3. La información, entendida como transparencia y rendición de cuentas, también es un elemento fundamental porque conocemos los programas de gobierno, y la sociedad ejerce sus derechos de escrutinio y evaluación del desempeño de los servicios públicos y sus resultados. Aunque la información también se refiere a la libertad que tienen los medios de comunicación para difundir noticias e informar a la población de lo que ocurre en nuestro entorno, esto es importante, porque la ciudadanía tiene que conocer lo que acontece en su alrededor para tomar decisiones. |
4. Para que la participación ciudadana pueda existir en una democracia es necesario que la sociedad confíe en las instituciones políticas. Deben tener la esperanza o la firme seguridad de que van a actuar y funcionar de acuerdo a lo que se les ha encomendado: velar por el bienestar general. Cuando no hay confianza, es porque las instituciones no están realizando sus funciones correctamente o porque la población percibe que están trabajando para favorecer un sector específico. Si no hay confianza, es casi seguro que los ciudadanos van a evitar involucrarse sus funciones. Por eso, si una democracia quiere impulsar la participación ciudadana, debe asegurar la credibilidad de sus instituciones. |
Estas condiciones se han logrado con el paso de los años, aunque históricamente quedó demostrado que la transición fue dura.
Brevemente Serrano (2010) explica que el sistema político autoritario que se consolidó después de la Revolución Mexicana empezó a tener problemas de gobernabilidad a causa de las recurrentes crisis económicas y políticas que turbaban al país, de la poca legitimidad de la que se gozaba y de la deficiencia del modelo económico. Si la "familia revolucionaria" quería seguir manteniendo el poder, tenía que buscar una manera de incluir a la nueva sociedad crítica y plural que había surgido, debían inventar nuevos mecanismos de control y formas de negociación, tenían que cambiar el modelo económico; en fin, debían de pensar una nueva forma de gobernar a la sociedad.
Parte del proceso histórico se mencionó en la primera unidad cuando se describe la consolidación del Estado mexicano. Al respecto, es importante mencionar que las condiciones, fueron posibles gracias a la presión de la ciudadanía organizada, fuerzas políticas al interior del Estado mexicano que tuvieron la obligación de implementar una estrategia que permite construir espacios para participación ciudadana.
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