La transparencia reconoce al ciudadano como eje central de la gestión del Estado y por ello es necesario informarle de las actividades del servicio público. Esta convicción involucra tanto a los servidores públicos que prestan un servicio directo a los ciudadanos como a los que no, sin importar el nivel o cargo que desempeñan.

La rendición de cuentas es la obligación de un actor de informar y explicar sus acciones a otros, a través de un conjunto de estructuras, prácticas y resultados, dándole la oportunidad de interactuar con otras instituciones estatales, organismos internacionales, la sociedad civil y con los ciudadanos en general, mismos que tiene la capacidad de imponer sanciones o premios, al menos simbólicos. Este proceso tiene como finalidad la búsqueda de la transparencia de la gestión de la Administración Pública y a partir de allí lograr la adopción de los principios de buen gobierno, eficiencia, eficacia y transparencia en la cotidianidad del servidor público.

La transparencia y la rendición de cuentas son elementos fundamentales del sistema democrático, ya que permiten contar con una ciudadana mejor informada, que tiene mayores posibilidades de participar en la toma de decisiones que afectan a su comunidad, así como de defender sus derechos, de tal modo que la sociedad pueda evaluar la gestión gubernamental y el desempeño de los servidores públicos.

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