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Como parte de los conocimientos en el tema de sistemas de producción, resulta de gran importancia identificar las buenas prácticas relacionadas con distintos aspectos de los procesos productivos, de manera que se tenga un panorama general sobre sus implicaciones con diferentes factores y ambientes.

En el marco de los sistemas de producción, las buenas prácticas agrícolas son una serie de directrices propuestas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) encaminadas a la mejora de las actividades relacionadas con la producción en el campo y que, además, se enfocan en los diversos contextos locales (FAO, 2003).

Estas directrices son flexibles, pues están abiertas a la inclusión de mejoras, además de que se encuentran relacionadas a la regulación internacional, como la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria.

Archivo PDF Buenas prácticas agrícolas y minimización del impacto ambiental

Las prácticas adecuadas para las actividades del campo están encaminadas a evitar el deterioro del terreno, así como mantener y mejorar la productividad del mismo mediante la aplicación de diversos métodos de riego, agroquímicos y nutrientes enfocados a evitar el desgaste químico y orgánico de los factores ambientales y productivos (FAO, 2003).

Buenas prácticas agrícolas encaminadas a la conservación del suelo

1. Mantenimiento y/o mejora de la materia orgánica mediante la rotación y variabilidad de cultivos, la aplicación de fertilizantes, la gestión de pastizales y el uso racional de procesos mecánicos.
2. Mantenimiento del hábitat de la biota del suelo mediante recubrimientos que permiten minimizar el impacto de la erosión causada por el agua y el viento.
3. Aplicación de fertilizantes minerales y químicos de forma programada.


Cultivo de maíz bajo el sistema de Agricultura de Conservación con riego por avance frontal. Flickr, 2016

Los requerimientos para las prácticas ganaderas consisten en (FAO, 2003):

1. Evitar la contaminación química y biológica en fuentes de agua y terrenos.
2. Administración de los desechos del ganado con el fin de reducir la pérdida de nutrientes y contaminación biológica.

Buenas prácticas agrícolas relacionadas con la actividad ganadera

1. Cuidado en el pastoreo para evitar efectos negativos en el paisaje.
2. Minimización de la contaminación física, biológica y química de pastos piensos y fuentes de agua.
3. Supervisión del estado del ganado y la densidad de pastoreo, piensos y suministro de agua.
4. Diseño, construcción y operación de estructuras de contención para evitar lesiones y pérdidas de ganado.
5. Integración de las actividades ganadera y de siembra con la finalidad de eliminar gases de efecto invernadero y favorecer el reciclamiento de nutrimentos.

Con el fin de garantizar la calidad de los productos, es necesaria la aplicación de protocolos aceptables relacionados con la cosecha, almacenamiento y procesamiento de los productos agrícolas. Dentro de estos procesos, las buenas prácticas estarán enfocadas en (FAO, 2003):

1. Se necesitan protocolos de enriquecimiento químico programado del terreno.
2. Condiciones adecuadas de temperatura, humedad y espacios designados para el almacenamiento.
3. Para actividades de limpieza deberán emplearse detergentes biodegradables y agua potable.
4. El embalaje de productos alimenticios debe hacerse en contenedores limpios y adecuados para su transporte.


Empaquetado de productos alimenticios. Flickr, 2016

El agua es un recurso vital en las actividades del campo, de ella dependen la cría de ganado, la producción de pastizales y el riego de sembradíos; debido a estos procesos, es necesario realizar una administración correcta del agua mediante desarrollos tecnológicos que minimicen la lixiviación, la salinización y la reducción excesiva de este factor (FAO, 2003).

Buenas prácticas agrícolas para la conservación del agua

1. Es necesaria una constante vigilancia de las fuentes de agua y protegerlas del acceso del ganado.
2. Administración de las aguas freáticas y del suelo con la finalidad de conservar el recurso hídrico y evitar el desgaste de la fuente acuífera.
3. Evitar la contaminación física, química o biológica de las fuentes de agua cuidando el suministro de los agroquímicos y de la materia orgánica.
4. Técnicas normalizadas para vigilar el estado de los cultivos y del agua del suelo, aplicación de diversas técnicas de riego (goteo, aspersión, inundación, surcos, etcétera).
5. Correcta administración del agua para evitar la acumulación o extracción excesiva.
6. Empleo de cubiertas permanentes en depósitos de agua para evitar la evaporación excesiva del recurso.

Las actividades agrícolas y ganaderas tienen un impacto sobre los pájaros y animales en general, los insectos y las plantas, por tanto, las buenas prácticas agrícolas en este punto están encaminadas a disminuir el impacto de los procesos productivos. (FAO, 2003)

Buenas prácticas para disminuir el impacto de las actividades agropecuarias en el paisaje

Las buenas prácticas agrícolas (FAO, 2003) se enfocan en reducir el impacto de las actividades agropecuarias en el hábitat, la flora y la fauna silvestres, esto se logra mediante las siguientes actividades:

1. Programación de cultivos diversificados y rotatorios.
2. Programación del enriquecimiento agroquímico de los terrenos y los cultivos.
3. Reducción de flora nociva para beneficiar la presencia de flora y fauna benéficas.
4. Administrar el curso del agua y fuentes del recurso para evitar la contaminación y favorecer la presencia de flora y fauna beneficiosas.
5. Vigilancia de especies vegetales y animales cuya presencia signifique una buena práctica ambiental en las actividades del campo.

El uso de la energía y el manejo de los desechos orgánicos son elementos importantes en un sistema de producción sustentable. Así, las buenas prácticas agrícolas se enfocan en el empleo eficiente de la energía. (FAO, 2003)

Buenas prácticas agrícolas sobre energía y desechos

Las buenas prácticas agrícolas están enfocadas en:

1. Administrar la relación insumo-producto en función de los recursos energéticos, los nutrientes, los productos agroquímicos, el empleo de fuentes energéticas alternativas y poco contaminantes.
2. La eliminación de desechos no reutilizables y el reciclaje de los orgánicos e inorgánicos.
3. Almacenamiento adecuado de fertilizantes y productos agroquímicos, además de procedimientos de intervención para minimizar riesgos de contaminación y accidentes.


Desechos orgánicos en la producción de café. Flickr, 2016

Los cultivos y producción forrajera involucran una enorme variedad de cultivos perennes y caducos que se relacionan con diversos contextos, estas actividades productivas entrañan diversas prácticas de programación y preparación, como la eliminación de hierbas y fauna nocivas, el enriquecimiento de los terrenos y el mantenimiento de la humedad y materia orgánica de los terrenos. (FAO, 2003)

Buenas prácticas agrícolas relacionadas a los cultivos

1. Las buenas prácticas agrícolas relacionadas a las actividades de cultivos se encaminan a la realización de rotación de cultivos, la reducción del empobrecimiento nutrimental del terreno (materia orgánica, nitrógeno disponible y minerales).
2. El empleo de fertilizantes naturales (composta) y químicos de forma equilibrada y programada.
3. Integración del pastoreo de forma coordinada con el cultivo para la reducción de la emisión de gases de invernadero y la disminución de la flora y fauna nocivas.

La protección de las plantas es vital para la obtención de productos de buen rendimiento y calidad para el consumidor. Para lograr esto se requiere de la implementación de estrategias con el fin de minimizar enfermedades y plagas. (FAO, 2003)

Buenas prácticas agrícolas para la protección de las plantas

Las buenas prácticas agrícolas que se refieren a la protección de las plantas se relacionan con la puesta en marcha de estrategias como el uso de cultivos secuenciales (rotación), asociados y las prácticas que minimicen plagas y enfermedades; además, favorecer el empleo de medidas de control biológico cuando puedan aplicarse (FAO, 2003).

Por otro lado, el enriquecimiento agroquímico debe ser programado y aplicado de tal forma que se minimice el efecto en el terreno y el medio ambiente, con fundamento en la normatividad y legislación vigente; esto mismo se aplica con herbicidas y plaguicidas (FAO, 2003).

La información revisada hasta el momento alude a buenas prácticas en el ámbito internacional. Para conocer lo referente a nuestro contexto nacional revisa el siguiente enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=h0BrsOrAJqM


Video: Buenas Prácticas Agrícolas, 2009

Fuentes de consulta

1. SENASICA, SAGARPA (editor). (2009). Buenas Prácticas Agrícolas. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=h0BrsOrAJqM
2. FAO. (2003). “Principios de BPA FAO”, en: Buenas prácticas agrícolas. Recuperado de: http://www.fao.org/prods/GAP/home/principles_es.htm