Unidad
01

1.1. El pensamiento insurgente y los primeros modelos políticos

El liberalismo mexicano fue un proceso revolucionario que pretendía cambiar las estructuras económicas, políticas, culturales y sociales del virreinato que permanecían en México tras consumarse la Independencia. Tuvo gran influencia de los liberales ingleses, franceses y estadunidenses, y llegó a Nueva España a través de textos prohibidos.

Durante el siglo XIX podemos distinguir diferentes etapas del liberalismo: la primera fue durante la guerra de Independencia, cuyos principales personajes fueron Miguel Hidalgo y José María Morelos, quienes planteaban la libertad e independencia de la Nueva España, una forma de gobierno republicana, creación de un congreso nacional, supresión de las alcabalas, moderación de la riqueza y la pobreza, así como la abolición de la esclavitud y la eliminación del sistema de castas.

La segunda etapa ocurrió durante la reforma liberal de 1833-1834, encabezada por José María Luis Mora y Valentín Gómez Farías, quienes planteaban la independencia del Estado mexicano de las instituciones militar y eclesiástica, que esta última fuera un órgano del Estado y que se decretara la supresión obligatoria del pago del diezmo.

La tercera etapa comprendió los años 1855-1861, durante la cual se promulgaron la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma, que sentaron las bases del Estado laico en el que hoy vivimos.

La cuarta etapa se ubicó durante el Imperio de Maximiliano, entre 1864 y 1867. En ella también hubo un intento de reforma liberal al ratificarse las Leyes de Reforma y buscar un concordato con la Santa Sede.

La quinta etapa ocurrió durante el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, quien radicalizó las ideas liberales al dar rango constitucional a las Leyes de Reforma.

Finalmente, en la sexta etapa, que podemos llamar de liberalismo conservador, se quiso privilegiar la paz y el orden, y llevar a cabo una relación cordial entre la Iglesia y el gobierno porfirista.

El retablo de la Independencia.

De O’ Gorman, J. (1960). El retablo de la Independencia. Murales,
México: Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec, Fototeca Nacional INAH.

Para profundizar en el tema de los antecedentes del liberalismo en México, y en las ideas de la primera generación de liberales, consulta los siguientes recursos:

En el artículo se pretende ilustrar cómo el pensamiento liberal europeo del siglo XVIII influyó no sólo en los movimientos independentistas en América Latina durante el siglo XIX, sino que fundó toda la movilización social a favor de implementar el capitalismo industrial en la región, especialmente en el caso de México, donde la ética liberal fue el marco del pensamiento que inspiró el proyecto de nación del siglo XIX e inicios del XX.

CONSULTA

Rionda Ramírez, J. I. (2007). El liberalismo en México. CALEIDOSCOPIO, (22), 201-232.

En este breve ensayo se describen algunas ideas del pensamiento político-social de Miguel Hidalgo y José María Morelos.

CONSULTA

Sayeg Helú, J. (1987). Pensamiento político-social de Hidalgo y de Morelos. El constitucionalismo social mexicano. La integración constitucional de México (1808-1986). México: UNAM, INEHRM, 141-158.

Da clic en el subtema 1.1.1. Los primeros ensayos de gobierno: el Imperio y la República para revisar el contenido.

1.1.1. Los primeros ensayos de gobierno: el Imperio y la República

Una de las principales dificultades por las que atravesó México durante sus primeros años de vida independiente fue la inestabilidad política. ¡Imagínate que entre 1824 y 1857 hubo 16 presidentes y 33 gobiernos provisionales, lo que suma 49 diferentes gobiernos! Aunado a ello, la base constitucional de la nación cambió de monarquía a república federal, después a república centralista y de ésta a dictadura. Entre 1821 y 1854, ocuparon la presidencia 15 generales, varios de ellos de manera interina, y algunos, principalmente Santa Anna, en varias ocasiones. Por su parte, sólo seis civiles fueron presidentes en funciones o interinos, tres de ellos por pocos días.

Progresos de la República Mexicana 1821 y 1847. [Litografía]

La República Mexicana en 1821 y 1847
De López, A. (1848). Progresos de la República Mexicana 1821 y 1847. [Litografía]

Para profundizar en el tema y conocer la forma de vida del México independiente, así como las dificultades que enfrentó para establecer un proyecto de nación durante la primera mitad del siglo XIX, consulta los siguientes materiales:

En el video se presentan algunos aspectos de importancia que caracterizaban a México durante las primeras décadas de vida independiente.

CONSULTA

Prieto Hernández, A. M. (4 de febrero de 2012). México: primeras décadas de vida independiente.

En este video se ofrece un panorama general sobre la confrontación entre liberales y conservadores durante el siglo XIX en México.

CONSULTA

Prieto Hernández, A. M. (25 de enero de 2012). México: liberales y conservadores.

En el video se exponen las principales características de la forma de organización política de la República mexicana después de la Independencia.

CONSULTA

Prieto Hernández, A. M. (25 de enero de 2012). República Federal o Centralismo.

En esta conferencia los historiadores Josefina Zoraida Vázquez, Andrés Lira, Reynaldo Sordo y José Antonio Serrano analizan los puntos más importantes de la Constitución de 1824.

CONSULTA

Canal Once (8 de marzo de 2010). La Constitución de 1824 y las Constituciones Centralistas.

En el siguiente texto se abordan algunos aspectos relacionados con el centralismo, federalismo y la monarquía.

CONSULTA

Reyes Tosqui, C. A. y González Lezama, R. (2015). La búsqueda de una definición de Estado: federalismo, centralismo y monarquía. México: INEHRM.

Da clic en la Actividad de aprendizaje para realizar la actividad.

Actividad de aprendizaje

Una vez que has revisado los materiales propuestos, desarrolla la actividad que se te presenta a continuación para fortalecer tus competencias profesionales.


Actividad 1. Primeros ensayos de gobierno en México independiente

Propósito:
Analizar el contexto internacional y nacional en la primera mitad del siglo XIX para identificar los antecedentes y causas que dieron origen a la conformación de los primeros gobiernos en México.

Indicaciones:

  1. Reflexiona en torno a las siguientes preguntas:
    • ¿Qué sucesos acaecidos en la primera mitad del siglo XIX a nivel internacional influyeron en la definición de las primeras formas de gobierno en México después de su independencia?
    • ¿De qué manera influyó el contexto económico, político y social del México independiente en la conformación de las primeras formas de gobierno en el país?
    • ¿Qué dificultades enfrentó México para establecer un proyecto de nación en la primera mitad del siglo XIX?
  2. Ingresa al foro Primeros ensayos de gobierno en México independiente y comparte con tus compañeros y docente las respuestas a las preguntas planteadas.
  3. No olvides comentar constructivamente las aportaciones de al menos tres de tus compañeros. Para hacerlo, regresa a la página de inicio y ubica el foro en la lista de actividades. Fundamenta tus aportaciones con los recursos y contenidos revisados, y utiliza el estilo APA para citar.
  4. Es importante mencionarte que primero deberás realizar tu aportación en el foro para poder ver las participaciones de tus compañeros y así poder comentarlas. Asegúrate de subir tu participación pues la aportación inicial que esté en blanco no se considerará.

Esta actividad tiene un valor de 5 puntos respecto a tu evaluación final. No olvides revisar la rúbrica para que conozcas los criterios que se tomarán en cuenta para evaluar tus participaciones.

Da clic en el subtema 1.1.2. El sistema político estamental y la primera reforma liberal. El modelo conservador de gobierno para revisar el contenido.

1.1.2. El sistema político estamental y la primera reforma liberal. El modelo conservador de gobierno

En la primera mitad de siglo XIX se creía firmemente que México era un país inmensamente rico. Esta idea había sido difundida por diversos estudiosos de este territorio, encabezados por el científico alemán Alejandro von Humboldt, que visitó la Nueva España a inicios del siglo y estudió durante un año sus riquezas naturales. Sin embargo, la larga guerra de Independencia acabó con la prosperidad económica del antiguo virreinato y la riqueza mexicana se convirtió en una leyenda.

El abandono de las tierras de labranza y de las minas en producción, los nuevos obstáculos puestos al desarrollo comercial y la descapitalización del país desde la Independencia, por la expulsión de los españoles, llevó al nuevo país a un endeudamiento progresivo, que implicó la dependencia del exterior. México nació endeudado y en bancarrota, pero confiado en la riqueza potencial con que la naturaleza dotó a su territorio.

Sistema político estamental
De Linati, C. (1828). Costumes Civils, Miliataires et Religieux du Mexique.
Dessinés d’ aprés Nature par C. Linati, Bruselas, Litographie Royal de Jobard.

Sin embargo, frente a un Estado pobre existía una Iglesia rica. En 1833, José María Luis Mora calculó que los bienes de esta institución ascendían a 179 millones de pesos, que bastarían para superar la bancarrota nacional. Se llegó a afirmar que la Iglesia era la propietaria de las tres cuartas partes de las tierras de cultivo, y no faltó quien atribuyera a ello la crisis económica del Estado.

Era difícil cuantificar con exactitud los caudales del clero, debido a que la institución gozaba de fuero y sus propiedades escapaban al control del gobierno; sin embargo, la riqueza de la Iglesia era ostensible y su contraste con la pobreza del erario resultaba notable.

El nada halagüeño panorama económico se agravó por la inestabilidad política, que dio lugar a un ciclo de permanente retroalimentación: las carencias económicas empujaban a la crisis política, y ésta condicionaba el atraso económico. No obstante las privaciones sufridas por el pueblo mexicano, éste no cesó en su lucha por las ideas a cambio de un bienestar económico, ni se sometió al extranjero con el señuelo de un quimérico progreso. Ante la falta de un Estado organizado y las constantes revueltas armadas para dirimir los conflictos políticos, apareció en la escena nacional el caudillo militar, cuya fuerza aumentó con cada asonada y aún más con las intervenciones extranjeras.

El primer ejército del México independiente estuvo formado en su mayoría por militares del antiguo ejército virreinal y sustentado en las ordenanzas españolas. Las milicias provinciales y los combatientes insurgentes fueron, en general, relegados. Por su origen colonial, mantuvo su estructura y privilegios hasta el triunfo de la Reforma y, en general, no cumplió con su misión como instrumento del Estado para el control y defensa del territorio nacional. Fue una institución nacida en el antiguo régimen, que intentó sobrevivir en el mundo moderno y, por ello, se convirtió en un factor de desestabilización y conflicto, pues no encajaba en el sistema político y económico que se construía en el mundo y que no correspondía al país que se supone debía proteger.

La transformación del ejército virreinal a uno republicano significó una labor titánica en vista de los numerosos obstáculos e inercias que debían vencerse para conseguirlo: la primera dificultad fue la inexistencia de una unidad de mando, ya que éste debía dividirse entre la autoridad central y los jefes al frente de tropas en las diferentes regiones del país.

La profesión de las armas resultaba atractiva para algunos segmentos de la sociedad, ya que además de la obtención de ingresos y la protección del fuero militar se les abría la posibilidad de una carrera política debido a que los mecanismos que facilitaran la participación de los individuos en esta materia eran prácticamente inexistentes. Por ello, la pertenencia al ejército se convirtió de manera práctica en la única forma de ascenso político.

El perpetuo estado de guerra que se mantuvo durante las primeras décadas de nuestra independencia acrecentó la influencia política del Ejército y fortaleció su autonomía respecto de los poderes civiles, con los que con frecuencia entraba en franca oposición.

La corporación militar se identificó con la eclesiástica y unió sus fuerzas a ella en defensa de sus correspondientes fueros. Así, a falta de partidos políticos, la Iglesia sirvió de aglutinante a las corrientes conservadoras. La Iglesia constituía una institución política de carácter universal que hacía imposible la existencia de un Estado nacional, de ahí que la Reforma se convirtiera en una necesidad para la subsistencia del propio Estado.

A falta de unidad nacional, durante la primera mitad del siglo XIX la religión católica fue un lazo de unión entre los mexicanos, pero, al mismo tiempo, la alta jerarquía eclesiástica obstaculizó la formación de un Estado nacional. Esto fue así, en primer lugar, porque la Iglesia negaba el principio de soberanía nacional, esencia del Estado moderno, y además porque al defender sus privilegios coloniales llevó a la sociedad a una polarización total. Así, mientras la religión fue un lazo de unión, el clero se constituyó en el factor de división del pueblo de México.

Aunque evidentemente las condiciones de México en el siglo XIX no correspondían a las del medioevo europeo, es posible considerar al Estado existente antes de 1855, como una especie de Estado “estamental”, caracterizado por la falta de unidad del poder estatal, en virtud de que este poder era compartido por su depositario formal y por quienes poseían fuerza política, económica y social. En el Estado estamental las facultades se ejercían a manera de privilegios y las desigualdades económicas y sociales constituían su justificación.

Si consideramos que un Estado soberano supone la negación de cualquiera subordinación a otra potestad, veremos que para que esa independencia absoluta se produzca, se requiere la existencia de una sociedad civil, autónoma de los dictámenes e intereses de las corporaciones de toda índole. El Estado nacional no podía existir en México mientras subsistieran las corporaciones privilegiadas, contrarias, por su naturaleza misma, a ese Estado.

La historia del siglo XIX menciona como los momentos culminantes de la lucha entre el Estado y la Iglesia, las reformas de 1833 y de 1859. Ambas fueron distintas en sus métodos, aunque persiguieron el mismo fin: limitar el poder político de la Iglesia, que contaba con gran fuerza económica.

En cuanto al importante poder económico de la Iglesia católica en México, sus raíces se remontan a la Nueva España, cuando fueron dados “con mano larga bienes al clero; y después la piedad o la gratitud de unos, los remordimientos o el arrepentimiento de otros, los aumentaron considerablemente. Al punto que las comunidades religiosas “gobernaban y administraban (a la Nueva España) material y espiritualmente, y ante todo el pueblo indio, aparecían como verdaderos jefes y amos en lo espiritual y en lo temporal…” (Galeana, 1991, p. 5).

Así, de 1821 a 1867 se desarrolló una lucha entre las ideas ilustradas nacionalistas, seculares, estatizadoras, progresistas y la ideología conservadora, religiosa, providencialista, corporativista y organicista.

Todas las constituciones de México, en la primera mitad del siglo pasado, consignaron la intolerancia religiosa y los fueros de la Iglesia. No fue sino hasta la lucha por la consolidación del Estado que surgieron las ideas reformistas, que vieron la necesidad de acabar con los fueros coloniales para lograr la consolidación de un Estado nacional.

En los siguientes materiales encontrarás información complementaria para profundizar en el tema:
En este artículo se abordan aspectos relacionados con el liberalismo mexicano y el pensamiento económico del Dr. José María Luis Mora.

CONSULTA

Padilla Hernández, S. (1998). El liberalismo mexicano y el pensamiento económico del Dr. José María Luis Mora. Problemas del Desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía, 29(113), 137-167. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Económicas.

En el siguiente documento, la autora presenta un panorama del contexto de México entre 1821-1857, así como las características de los proyectos de nación surgidos en esa época.

CONSULTA

Urías Hermosillo, M. (1979). México y los proyectos nacionales, 1821-1857. Revista Nexos.

En este artículo se examina, a través de la prensa católica, cómo ciertos grupos conservadores perciben a la sociedad mexicana, a la religión y al Estado entre 1845 y 1857.

CONSULTA

Pani, E. (1996). Una ventana sobre la sociedad decimonónica: los periódicos católicos, 1845-1857. Secuencia, (36), 67-88. México: Instituto Mora.

Da clic en el tema 1.2. La Reforma de 1833, Gómez Farías y José María Luis Mora, el Partido del Progreso para revisar el contenido.

1.2. La Reforma de 1833, Gómez Farías y José María Luis Mora, el Partido del Progreso

La Reforma de 1833

De acuerdo con la Dra. Patricia Galeana (1991), caído el Primer Imperio, el gobierno republicano surgió con el decidido apoyo de los sectores liberales. Infortunadamente, no triunfó la tesis del visionario fray Servando Teresa de Mier, y la Constitución de 1824, en vez de establecer un federalismo centralizado, o sea un sistema central con vías al federalismo, estableció un federalismo total, lo cual sería el inicio de una lucha por la búsqueda de nuestra identidad política.

En este periodo federalista surgió también el primer intento por reformar a la sociedad mexicana. El doctor José María Luis Mora fue la cabeza principal de este proyecto liberal. Para realizarlo emprendió la organización del llamado Partido del Progreso. La idea principal de este partido fue concluir la obra iniciada por la revolución de 1810. Ésta había dado al país su independencia externa, y ahora sólo faltaba la independencia interna del Estado. Sus esfuerzos estuvieron encaminados a la desaparición, en primer lugar, del poder eclesiástico y, en segundo, del militar.

José María Luis Mora Sacerdote, político, ideólogo e historiador mexicano del siglo XIX

José María Luis Mora
Sacerdote, político, ideólogo e historiador mexicano del siglo XIX.
Reproducción en blanco y negro del óleo sobre tela en resguardo del Museo Nacional de Historia. INAH

Valentín Gómez Farías Médico, político y Presidente de México en 1833 y en 1834

Valentín Gómez Farías
Médico, político y Presidente de México en 1833 y en 1834.
De V. Riva Palacio (1880), México a través de los siglos, tomo IV, México Independiente (1821-1855)

Una de las principales aspiraciones del Partido del Progreso fue intervenir los bienes eclesiásticos, pues sus seguidores estaban persuadidos de que con dicha acción se solucionaría la bancarrota del erario y se fortalecería políticamente al Estado.

La desamortización se justificaba porque la Iglesia representaba una clase privilegiada dentro de un Estado pobre con una deuda pública exterior de más de 35 millones de pesos, y una interior que superaba los 70 millones. Su meta, de acuerdo con los principios del liberalismo económico, era que circulara la riqueza, crear un gran número de pequeños propietarios y una clase media productiva, pero sin llegar al repartimiento indiscriminado de tierras, ya que éstas debían estar en manos de quien las pudiera hacer producir. No había que ofender ni tocar en nada el derecho de los particulares.

El doctor Mora justificaba jurídicamente esta medida:

El mayor derecho que la Iglesia puede alegar sobre los bienes que posee es el de propiedad, y éste […] es de naturaleza civil […] Así es que si la Iglesia […] se dice propietaria, esto no puede ser sino bajo el concepto de comunidad política […] como esto no puede dudarse, no se alcanza por qué motivo debe ser la única entre todas las que ha creado la sociedad que pretenda eximirse de las reglas dictadas o por dictar para las de su clase, emanadas de la autoridad temporal que le ha dado el ser (Mora, 1831) citado en (Galeana, 1991).

Mora también atacó al clericalismo político apoyándose en uno de los autores más respetados por la propia Iglesia: San Agustín, quien, refiriéndose a la naturaleza misma de la institución, señaló: “Tan ajeno es del instituto y objeto de la Iglesia el conocimiento de la forma de gobierno que tengan las naciones a que pertenecen los fieles, como lo es del gobierno civil el de la religión con que profesan sus súbditos” (Galeana, 1991, p. 17).

El movimiento progresista quiso subordinar a la Iglesia ejerciendo el Patronato al grado de pensar en convertirla en una dependencia oficial, a fin de mantener sus asuntos internos, así como proveer a los curatos vacantes.

Convencidos los liberales de 1833 de que la Iglesia constituía un Estado fuerte y organizado dentro del débil y desorganizado Estado mexicano, pensaron que era indispensable su sometimiento. Dado que como resultado del mantenimiento de algunas prácticas coloniales había una mezcla entre los asuntos civiles y los eclesiásticos, quisieron ejercer el Patronato, lo que consideraban un derecho de todo Estado soberano. Así, sin pretender la persecución de la religión católica, intentaron convertir a los eclesiásticos en funcionarios públicos y a la Iglesia en un órgano del Estado.

Desde el punto de vista de la Iglesia, el Patronato era una concesión del pontificado y si éste no lo otorgaba, no podía ejercerse a menos que se cayera en una posición cismática y se creara una Iglesia nacional. El gobierno mexicano había pedido un concordato desde el inicio de su vida independiente, pero éste le fue negado bajo el argumento de que las condiciones eran distintas a las existentes cuando dicha prerrogativa se otorgó a los reyes de España.

El doctor Mora no pudo creer que Roma concediera a México los privilegios de un Patronato que sólo había otorgado a las potencias como Francia. Por lo que seguramente no había titubeado en suscitar un cisma y crear una Iglesia mexicana que hubiera fortalecido al Estado mexicano, logrando la estabilidad política deseada, indispensable para el progreso del país.

En materia religiosa, los reformistas de 1833 no llegaron a declarar la libertad de cultos, pues Mora escribió que ésta era innecesaria en un país totalmente católico. Sí se decretó en cambio la libertad de prensa, que también era condenada por la Iglesia. La Reforma de 1833, como todas las reformas liberales siguientes, pretendió quitar el monopolio educativo de manos de la Iglesia para poder formar cuadros que se identificaran con su ideología.

La primera Reforma no llegó a suprimir los fueros de las corporaciones, entre otras razones, porque era necesaria una reforma a la Constitución de 1824 que los sancionara, pero también por falta de tiempo, ya que el movimiento se frustró por ser ciertamente impopular.

Finalmente, todos los proyectos reformistas se esfumaron en manos de Santa Anna, quien consciente de que el grupo conservador constituía mayoría sobre el liberal reformista, le dio al primero su apoyo definitivo, derogando en 1834 toda la legislación sostenida por los progresistas del 33.

El primer intento de reforma liberal resultó utópico frente al sentimiento popular. La minoritaria élite liberal apenas logró aplicar algunas medidas, como la secularización de las misiones de las Californias y la clausura de la Universidad. Esta primera tentativa reformista fue todavía cautelosa, pues no llegó siquiera a establecer el principio básico del liberalismo de creencias.

El momento para reformar a la sociedad mexicana no había llegado aún. Tendrían que venir muchos años más de inestabilidad y de luchas intestinas para que el minoritario grupo liberal triunfara sobre la mayoría conservadora.

Esta última sustentó la forma de gobierno que más se asemejaba a la monarquía: la república centralista, con la legislación de 1836 y 1843. Y, por último, intentó un gobierno dictatorial bajo la dirección de Santa Anna, sin que eso permitiera consolidar un Estado fuerte que satisficiera sus anhelos de orden y paz.

Por su parte, la Iglesia, que había salido victoriosa de la embestida liberal de 1833-1834, no supo crear las condiciones adecuadas para no exponerse a una ofensiva mayor. No supo adaptarse a la época y comprender que la vuelta al viejo orden era ya imposible.

En los siguientes recursos podrás conocer más acerca de la primera Reforma liberal:
En este texto se exponen algunos puntos importantes de la reforma propuesta por Valentín Gómez Farías.

CONSULTA

Soberanes Fernández, J. L. (2000). La prerreforma de Gómez Farías. En: Los bienes eclesiásticos en la Historia Constitucional de México, pp. 33-43. México: UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas. Serie Estudios Jurídicos, Núm. 9.

Aquí, el autor ensaya una interpretación de la obra histórica del pensador liberal guanajuatense José María Luis Mora (1794-1850).

CONSULTA

Pisconte Quispe, A. M. (2017). Tiempo y revolución en José María Luis Mora. Letras, 88(128), 177-185.

En el texto se presenta un breve esbozo de la vida del Dr. José María Luis Mora.

CONSULTA

Briseño Senosiain, L., Solares Robles, L. y Suárez de la Torre, L. (1985). Entre líneas… José María Luis Mora. SECUENCIA. Revista de historia y ciencias sociales, (1), 7-14.

En el texto se brinda un panorama general en torno a las concepciones sobre el progreso difundidas en México entre 1821 y 1910.

CONSULTA

Enríquez Pérez, I. (2018-2019). Las concepciones sobre el progreso y la construcción de un proyecto de nación: hacia una historia de las ideas en el extendido siglo XIX mexicano (1821-1910). LAJED, (30), 117-164.

En este audio se describe los principales aspectos de la primera reforma liberal. Escúchalo desde el minuto 05:00.

Galeana, P. (10 de julio de 2016). Valentín Gómez Farías y la primera reforma liberal. En Historia de las Revoluciones. México: INEHRM.

Da clic en el tema 1.3. Pensamiento político conservador de Lucas Alamán para revisar el contenido.

1.3. Pensamiento político conservador de Lucas Alamán

De acuerdo con C. Rivera Ayala (2005), uno de los hombres que jugó un papel importante en el gobierno centralista de Anastasio Bustamante fue Lucas Alamán, considerado el más insigne intelectual del conservadurismo mexicano, quien ocupó el puesto de ministro del Interior y Asuntos Exteriores. Durante su gestión, se dedicó a la tarea de mejorar las condiciones económicas del país y a organizar la administración pública, aunque, para iniciar, recurrió a la represión con objeto de imponer el orden.

Sus objetivos estaban encaminados a industrializar al país y atraer el capital extranjero para impulsar la minería y revitalizar la agricultura. Con su política económica, logró aumentar los ingresos y reducir los gastos, así como renegociar la deuda con Inglaterra, acciones que le permitieron ganar la confianza de importantes sectores de la población. Sin embargo, su proyecto económico no pudo desarrollarse plenamente, porque Bustamante no logró mantenerse mucho tiempo en el poder, pero también porque aquellas medidas afectaban los intereses de quienes no compartían sus ideas de progreso industrial.

Alamán era partidario de la corporación militar, pues afirmaba que era la única capaz de mantenerse con disciplina y garantizar el orden, y la eclesiástica, indispensable para asegurar la religión católica, único lazo de unión entre los mexicanos.

Aunque muchos reconocieron las habilidades de Alamán, desconfiaban de sus manipulaciones políticas, que le habían permitido eliminar a sus enemigos del régimen en algunos estados, lo que despertó el temor de los gobiernos estatales de que pretendiera centralizar la administración.

Lucas Alamán Historiador, político, empresario y Secretario de Relaciones Exteriores en 1853

Lucas Alamán
Historiador, político, empresario y Secretario de Relaciones Exteriores en 1853
De V. Riva Palacio y J. Zárate (1880),
México a través de los siglos, tomo III.

Revisa los siguientes textos para profundizar en el pensamiento político, económico y social de Lucas Alamán.

En el texto se analiza el pensamiento institucional de Lucas Alamán para argumentar la filiación de sus ideas dentro de la teoría constitucional liberal.

CONSULTA

Aguilar, J. A. (2010). Lucas Alamán y la Constitución. ISONOMÍA, (33), 83-122. México: CIDE.

En este texto se discuten las principales objeciones que se han hecho a la obra y al pensamiento de Lucas Alamán.

CONSULTA

Valle Pavón, G. (1994). Lucas Alamán: un hombre en una época de transición. Secuencia, (28), 29-48.

CONSULTA

Matute, A. (1992). Examen imparcial de la administración del general vicepresidente D. Anastasio Bustamante. Con observaciones generales sobre el estado presente de la República y consecuencias que éste debe producir. Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, 15(199), 141-167. México: UNAM, IIH.

En el texto anterior, el historiador Álvaro Matute presenta un documento elaborado por Lucas Alamán, en el cual reflexiona sobre la situación de los tres poderes durante el gobierno de Anastasio Bustamante. Alamán sostuvo que la Constitución mexicana, inspirada en los modelos norteamericano y francés, concebía una división de poderes imperfecta, ya que otorgaba demasiada autoridad al Congreso, razón por la cual el conservador proponía conceder más facultades al Ejecutivo.

Álvaro Matute analiza las ideas de Lucas Alamán luego de que el gobierno de Anastasio Bustamante, del cual formó parte, fue derrocado. Es importante poner atención en la fecha en la que escribió el texto, el papel que Lucas Alamán jugó en ese gobierno y, sobre todo, los motivos por los que escribió, así como sus propósitos.

Con base en las lecturas, reflexiona sobre lo siguiente:

  • ¿Qué criticas hace Alamán al gobierno federalista y a la Constitución de 1824?
  • ¿Cuáles son las principales aportaciones del gobierno conservador?

Estas preguntas son de reflexión, es importante llevarlas a cabo pues sirven para analizar y comprender mejor los temas a través de un pensamiento crítico, también servirá para contar con más elementos para construir futuras actividades.

Es importante mencionar que, durante el periodo de los gobiernos centralistas, se fue ganando terreno respecto a los planteamientos de las agrupaciones federalistas que seguían los lineamientos establecidos en la Constitución de 1824, donde se consagraba el principio de soberanía nacional y se establecía la división de poderes. Ante este panorama, el nuevo Congreso constituido, con tendencias centralistas, aprobó un plan para modificar la Constitución de 1824, con el fin de establecer una república centralista. Se elaboró una nueva constitución, las Siete Leyes, que, pese a su tendencia conservadora, mantenía la división de poderes y agregaba un cuarto: el Supremo Poder Conservador, el cual era el encargado de vigilar a los tres poderes gubernamentales. Respecto a éstos, se establecía un Legislativo bicameral, el Ejecutivo estaría ahora en un presidente, elegido mediante el voto popular e indirecto, con un periodo presidencial de ocho años, y el poder Judicial se depositaba en la Corte Suprema de Justicia.

Sin embargo, diversos hechos como las revueltas internas entre federalistas del Partido Liberal y centralistas del Partido Conservador, la separación de Texas, el intento de separación de Yucatán, la amenaza de invasión extranjera, el descontento popular por las arbitrariedades de Santa Anna y la posibilidad de que éste intentara establecer una monarquía constitucional, permitieron que, en abril de 1842, se elaborará un proyecto para una nueva constitución, donde se propuso un gobierno republicano, representativo, popular y federal, así como un sistema de representación de las minorías, lo que produjo gran descontento de la fracción conservadora, que derivó en diversos enfrentamientos, por lo que el Congreso fue disuelto. Hasta junio de 1843 se confirmó una nueva carta magna, llamada Bases Orgánicas de la República Mexicana.

Las Bases sólo estuvieron en vigor tres años. Durante ese lapso reiteraron la independencia del país, su organización política en república centralista y eliminaron al Supremo Poder Conservador, que encabezaba Santa Anna. Asimismo, se implantó la pena de muerte, se restringió la libertad de imprenta y se ratificó que el país protegía y profesaba la religión católica.

Consulta los siguientes textos para conocer a fondo las características de los ordenamientos constitucionales revisados en el tema.

En este texto, se exponen los aspectos generales de la Constitución de las Siete Leyes, y de las Bases Orgánicas de 1843.

CONSULTA

Rabasa, E. O. (2017). “La ruina del sistema federal: La etapa centralista (1835-1846)”. En Historia de las Constituciones mexicanas (pp. 26-49) (1a. reimp. de la 3a. ed.). México: UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas.

La autora aborda los hechos más importantes que provocaron la decadencia del centralismo en México en la primera mitad del siglo XIX.

CONSULTA

Vázquez, J. Z. (1996). El fracaso del liberalismo centralista mexicano. ANUARIO IESH, (11), 109-121. Tandil-Argentina.

Da clic en la Actividad de aprendizaje para realizar la actividad.

Actividad de aprendizaje

A continuación desarrolla la siguiente actividad para fortalecer tus competencias.


Actividad 2. Ordenamientos constitucionales de la primera mitad del siglo XIX

Propósito:
Analizar las características de la Constitución de 1824, las Siete Leyes y las Bases Orgánicas, para identificar el sistema de gobierno que proponían los diversos grupos políticos en la primera mitad del siglo XIX.

Indicaciones:

  1. A partir de la revisión de los temas y recursos propuestos, elabora una tabla en la que sistematices las características, diferencias y semejanzas de la Constitución de 1824, las Siete Leyes y las Bases Orgánicas.
  2. Integra una conclusión en la que expliques lo siguiente:
    • ¿Cuál de estos ordenamientos jurídicos era más congruente en sus planteamientos para garantizar el buen funcionamiento del Estado mexicano en la primera mitad del siglo XIX?
    • ¿A qué tipo de sistema político representaban?
  3. Las fuentes de consulta que utilices para elaborar la actividad deberán ser académicas, confiables y verificables, y deberás citarlas en estilo APA (consulta la Guía a la redacción en el estilo APA, publicada en la presentación de la asignatura).
  4. Guarda tu archivo en formato PDF con la nomenclatura: Primernombre_ApellidoPaterno_A2 y súbelo al espacio de tareas para que pueda ser retroalimentado por tu docente en línea. Para hacerlo, regresa a la página de inicio y da clic en el nombre de la actividad.

Esta actividad tiene un valor de 10 puntos sobre tu evaluación final. Revisa la rúbrica para que conozcas los criterios que se tomarán en cuenta para evaluar tu trabajo.

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1.4. Dictadura de Santa Anna

De acuerdo con la Dra. Patricia Galeana, en su libro Juárez en la historia de México (2006), durante casi cuatro décadas el árbitro de la contienda entre los diferentes grupos políticos fue Antonio López de Santa Anna. Singular personaje, audaz y contradictorio, buen soldado, pero pésimo estratega, llegó a ser el hombre más popular y también el más odiado de su tiempo.

General Antonio López de Santa Anna Militar, político y Presidente de México (1833)

General Antonio López de Santa Anna
Militar, político y Presidente de México (1833)
De Ballesca y comp. (1981). México a través de los siglos, tomo 4

Santa Anna se había convertido en héroe nacional gracias a su participación en la derrota de los españoles en Tampico, durante su fallido intento de reconquista en 1829. Después, durante la llamada Guerra de los Pasteles con Francia en 1838, perdió su pierna derecha, y aunque no obtuvo una victoria militar elevó sus bonos de valiente defensor de la patria. A falta de unidad nacional, el país tuvo caudillos.

En 1847 Santa Anna se puso al frente del Ejército mexicano para defender la integridad del país ante la invasión norteamericana. Organizó la resistencia, aunque con menos éxito que en ocasiones anteriores. Pese a que tomó las armas en defensa del país en tres invasiones extranjeras, se le recuerda como al traidor que vendió el territorio nacional.
En efecto, su gobierno vendió La Mesilla en 1853, pero en 1848 el país perdió la guerra a causa de la superioridad militar del enemigo.

En aquel momento, hubo estados que no contribuyeron ni con un hombre ni con un peso en la defensa del territorio nacional ante la intervención militar del país vecino del norte. Santa Anna fue producto de esta época.

Para juzgar un tratado, además del acuerdo final, es indispensable analizar las propuestas y contrapropuestas previas, así como el contexto histórico en que se dio. El entonces ministro de Relaciones Exteriores, Manuel Díez de Bonilla, logró la negociación más favorable posible, dada la tensión existente con el país que acababa de arrebatar a México más de la mitad de su territorio. Las pretensiones de los Estados Unidos eran grandes. Su representante, James Gadsden, manifestó que su gobierno tenía interés en adquirir Baja California y una porción de los estados de Sonora, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, ya que necesitaban construir un ferrocarril que comunicara sus puertos del Atlántico con los del Pacífico, y la manera de acortar su ruta y hacerla menos costosa era atravesando el territorio mexicano. El gobierno santannista no cedió a tan exorbitantes ambiciones, pero sí vendió más de 75 mil kilómetros cuadrados de territorio mexicano por 10 millones de pesos.

Santa Anna fue el árbitro de la política mexicana durante la primera mitad del siglo, pero careció de definición ideológica y de capacidad para organizar el Estado. Daba su apoyo al grupo que en un momento dado tenía la mayor fuerza. De este modo se convirtió en el hombre necesario, el único que parecía capaz de regir los destinos del país. En varias ocasiones ocupó la presidencia, durante un periodo de 20 años, y el poder le fue ofrecido en reiteradas veces cuando se encontraba en el extranjero, pero terminó por establecer un gobierno personalista.
El último gobierno del héroe de Tampico iba a ser dirigido por don Lucas Alamán, la cabeza más brillante del conservadurismo. Muerto éste, Santa Anna quedó sin otro freno que su voluntad y con el apoyo de militares serviles.

Al analizar la personalidad de Santa Anna, encontramos que no poseyó las cualidades propias de un dictador. No tuvo la paciencia y habilidad necesarias para organizar sus victorias y su permanencia en la silla presidencial siempre fue efímera. No era capaz de sentarse en un escritorio para ordenar la administración pública. Necesitaba la aventura, estar a caballo dirigiendo a sus soldados, ya para encabezar una revuelta, ya para sofocarla, ya para rechazar a un enemigo extranjero. Al cabo de tantos ires y venires en el gobierno, unas veces bajo la Constitución federal, otras con organización centralista; unas para apoyar a la reforma liberal de 33 y luego para derogarla al verla impopular, finalmente gobernó sin constitución alguna.

Por esta razón se conoce a este periodo como el de la dictadura santannista. Un gobierno de tales características cae en fórmulas represivas. Por ejemplo, Santa Anna aplicó a sus enemigos el entierro, el encierro y el destierro. La corrupción proliferó y la adulación llegó al extremo de conceder al caudillo el título de ''Alteza Serenísima", tratamiento que se daría a todos los que encabezaran al Estado mexicano".

Poco a poco, el régimen multiplicó sus desaciertos e incrementó el número de enemigos. Las cargas tributarias y las medidas represivas que obligaban a viajar con pasaporte dentro del país hicieron al régimen cada vez más impopular. Sus opositores formaron un frente común contra la dictadura. Entre ellos destacaron los exgobernadores de Michoacán y de Oaxaca, Melchor Ocampo y Benito Juárez, respectivamente. Exiliados por orden de Santa Anna, formaron en Nueva Orleans un pequeño, pero selecto grupo de liberales, cuyos esfuerzos se unieron para derrocar al régimen.

Santa Anna, que dominó a los políticos de su tiempo, no pudo hacer lo mismo con la joven generación que, surgida en el Congreso Constituyente de 1842, conocía las tácticas trilladas del caudillo. En su último gobierno, Santa Anna sólo contó con la simpatía del Ejército, cuyo número y privilegios incrementó considerablemente. Asimismo, quiso congraciarse con el clero mediante el restablecimiento de la Compañía de Jesús y de la vida monástica. No obstante, obispos importantes como Clemente de Jesús Munguía también criticaron con dureza al régimen.

La dictadura santannista representó la culminación de un periodo anárquico. Los conservadores, tras ensayar todos los sistemas desde la república centralista hasta la dictadura, sin conseguir la estabilidad política deseada para lograr el progreso económico esperado, creyeron que la única fórmula para salvar al país era la monarquía. Los liberales alistaron sus armas para destruir al viejo régimen de los caudillos militares y organizar lo que sería el primer movimiento revolucionario después de la guerra de Independencia.

Revisa los siguientes materiales para profundizar en el tema de la dictadura de Antonio López de Santa Anna:

En el siguiente audio se describen los principales aspectos de la primera reforma liberal.

Galeana, P. (13 de agosto de 2013). La renuncia de Antonio López de Santa Anna. En Historia de las Revoluciones. México: INEHRM.

En este video, Enrique González Pedrero aborda algunos aspectos de importancia de la trayectoria personal y política de Santa Anna.

CONSULTA

Canal INEHRM (8 de octubre de 2013). Antonio López de Santa Anna. En Curso Protagonistas del siglo XIX.

Con la presentación de este último tema, ha concluido el estudio de esta primera unidad. Como te habrás podido dar cuenta, México enfrentó varios problemas después de su independencia para conformar un Estado fuerte que pudiera solucionar todas las carencias y dificultades que enfrentaba la sociedad en los ámbitos político, social y económico.

Si bien es cierto que con la independencia se rompían las ataduras con España, se mantenían todavía intactas la administración socioeconómica y política interna. Las clases sociales económicamente fuertes, como el ejército, el clero y algunos políticos peninsulares, seguían manteniendo sus privilegios, lo cual acentuaba el descontento surgido entre los sectores más vulnerables del país.

Ante tal situación, diversos grupos de intelectuales, políticos y militares se congregaron en dos bandos (conservadores y liberales), que lucharon durante mucho tiempo para establecer un proyecto de gobierno que respondiera a sus intereses, sin detenerse a pensar en las necesidades de la población en general, que era el sector más desfavorecido en aquellas disputas por ganar el poder.

Así, el federalismo y el centralismo fueron dos corrientes ideológicas que sirvieron de marco para generar los ordenamientos constitucionales que guiaron el rumbo del país en la primera mitad del siglo XIX, y también fueron la base para establecer las formas de gobierno en esta etapa de la conformación de México como un Estado soberano.

CONSULTA Para saber más…

Recuerda consultar en la pestaña de Material de apoyo diversos recursos, que se te presentan para profundizar en los temas de la unidad, así como para elaborar las actividades propuestas.

Para concluir con el estudio de esta unidad didáctica, elabora la siguiente evidencia de aprendizaje.

Da clic en la Evidencia de aprendizaje para realizar la actividad.

Evidencia de aprendizaje


Evidencia de aprendizaje. Proyectos de nación en el México independiente

Propósito:
Identificar las características, postulados y propuestas de los diferentes proyectos de nación surgidos después de la Revolución de Independencia, para analizar su importancia en la conformación de un Estado sólido que fortaleciera la estructura económica, política, cultural y social del México independiente.

Indicaciones:

  1. A partir de la revisión de los temas y recursos consultados en la unidad, así como de información adicional que investigues en diversas fuentes bibliográficas y en internet (fuentes confiables) acerca de los diferentes proyectos de nación surgidos después de la Revolución de Independencia, elabora una infografía en la que presentes los siguientes aspectos:
    • Las características de cada proyecto
    • Principales representantes
    • Las ideas y planteamientos que proponían para mejorar la situación del país
    • Legislación en la que basaron sus proyectos
    • Las reformas que propusieron (en caso de que las hayan propuesto)
    • Ilustra el contenido de la infografía con imágenes alusivas al tema
  2. Integra una conclusión en la que describas el impacto que tuvo el contexto económico, político, social y cultural del México independiente en la conformación de las primeras formas de gobierno en el país.
  3. Te sugerimos que revises la Biblioteca Digital del INEHRM, así como otros recursos que te pueden ser de utilidad. Para ello, consulta en la plataforma la pestaña de Material de apoyo.
  4. Puedes elaborar tu trabajo utilizando los programas de Office, como Word y PowerPoint, o bien algunas herramientas digitales disponibles en internet.
  5. Para saber cómo elaborar una infografía consulta los siguientes sitios web:
  6. Las fuentes de consulta que utilices para elaborar la actividad deberán ser académicas, confiables y verificables, y deberás citarlas en estilo APA (consulta la Guía a la redacción en el estilo APA, publicada en la presentación de la asignatura).
  7. Guarda tu archivo en formato PDF, renómbralo con la siguiente nomenclatura: Primernombre_Apellidopaterno_EA_U1 y súbelo al espacio de tareas para que pueda ser retroalimentado por tu docente en línea. Para hacerlo, regresa a la página de inicio y da clic en el nombre de la actividad. No olvides integrar la Declaratoria de No al plagio.

Esta actividad tiene un valor de 15 puntos respecto a tu evaluación final. Revisa la rúbrica para que conozcas los criterios que se tomarán en cuenta para evaluar tu trabajo.

Nota: Es importante que, al elaborar tu actividad, cuides de no incurrir en plagio, de lo contrario, ésta será evaluada con una calificación de cero.

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Fuentes de consulta

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